sábado, 21 de febrero de 2015

EXPEDICIÓN GRAZALEMA

Las personas aficionadas al senderismo saben que caminar por el campo es más que un simple deporte, es una experiencia que te acerca a la naturaleza, te tranquiliza y te lleva a descubrir que somos parte de algo más grande y que merece la pena cuidar.














Quizás por eso sorprendiera tanto la primera parada. Un pueblo, Grazalema, el sitio donde más llueve de todo el País y en el que puedes ver la montaña desde cualquier rincón. Caminar y explorar el pueblo, la plaza, la gente tranquilamente por las calles, gustó a chicos y grandes. Allí fue el inicio de la afición de Salvi, Jaime, Bernardo, Jacob, Julio, Tomás y Juan Antonio, por los prismáticos, cuando de repente una cruz que se veía a lo lejos, se convirtió en: "un hombre así con los pelos largos" como alguno dijo.


La segunda parada fue increíble, no sólo porque el mirador tenía unas vistas impresionantes, sino porque allí escuchamos por primera vez la frase: "maestra ¿me echas una foto?" ¡No puede ser, Encarni diciendo que quiere hacerse una foto! el campo realmente transforma a la gente.



La bienvenida al sendero nos la dio un pato negro, muy feo, que estaba tranquilamente tomando el sol, tranquilamente hasta que llegamos nosotros, claro. El sendero discurrió con total tranquilidad, las mejores senderistas Macarena y Raquel que no se quejaron casi del cansancio, vamos sólo unas dos mil quinientas veces, pero vamos, casi nada!!












En la parada para comer hubo un descubrimiento también muy emocionante cuando al preguntar si les estaba gustando el día, al grupo de chicas tan guapas que llevábamos: Nerea, Marina, Cristina, Macarena, Raquel y Encarni,  dijeron que SI!!!! 



De repente aparecieron muchos buitres y águilas en el cielo, sobrevolando nuestras cabezas, definitivamente era la señal de que algo grande había pasado, el senderismo y el espíritu de la sierra se había apoderado del alma sus almas...



Los dos hombres mayores del grupo, sin contar a los maestros Pedrote, Juan y Jose, fueron las personas que pusieron cordura y orden en todo momento, ¡cómo se nota quién es su tutor y lo bien enseñados que están!. Por supuesto nos referimos a Don Juan Gil Pitel y su fiel acompañante Adriant!





Para terminar diremos que en este viaje hemos descubierto muchas cosas: que el árbol que da piñas es el piñero!!, que hay una estatua con un hombre de pelos largos en el pueblo de Grazalema, que no sólo los animales y los maestros están en peligro de extinción, que en el campo no se echa basura, que la basura hay que recogerla antes de seguir el camino,... y muchas más cosas que podéis comentar aquí abajo si queréis.


PD: Julio de mayores todos y todas queremos ser como tú!!


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